martes, 4 de abril de 2017

Jesús alimenta a muchos

Jesús alimenta a una multitud con unos cuantos panes y peces



ALGO terrible ha pasado. Se acaba de dar muerte a Juan el Bautizante. Herodías, la esposa del rey, le tenía odio. Y logró que el rey mandara cortarle la cabeza.
Cuando Jesús oye acerca de esto, se pone triste. Se va a un lugar desierto solo. Pero la gente lo sigue. Cuando Jesús ve a las muchedumbres, les tiene lástima. Por eso, les habla acerca del reino de Dios, y sana a sus enfermos.
Aquella noche sus discípulos vienen a él y dicen: ‘Ya es tarde, y éste es un lugar solitario. Despide a la gente para que puedan comprar alimento en las aldeas cercanas.’
‘Ellos no tienen que irse,’ dice Jesús. ‘Ustedes denles algo de comer.’ Volviéndose a Felipe, Jesús pregunta: ‘¿Dónde podemos comprar suficiente alimento para toda esta gente?’
‘Va a costar muchísimo dinero comprar suficiente para que todos puedan tener un poquitito,’ contesta Felipe. Andrés habla: ‘Este muchacho, que lleva nuestro alimento, tiene cinco panes y dos pescados. Nunca bastaría para toda esta gente.’
‘Díganle a la gente que se siente sobre la hierba,’ dice Jesús. Entonces da gracias a Dios por el alimento, y empieza a partirlo en pedazos. Los discípulos pasan el pan y el pescado a toda la gente. Hay 5.000 hombres, y otros miles de mujeres y niños. Todos comen hasta que están llenos. ¡Y cuando los discípulos recogen las sobras, hay 12 canastas llenas!
Jesús ahora hace que sus discípulos entren en un bote para cruzar el mar de Galilea. Durante la noche se presenta una gran tormenta, y las olas mueven el bote a un lado y al otro. Los discípulos tienen mucho miedo. Entonces, en medio de la noche, ven a alguien cruzando a pie hacia ellos por el agua. Gritan de miedo, porque no saben lo que están viendo.
‘No teman,’ dice Jesús. ‘¡Soy yo!’ Todavía no lo pueden creer. Así que Pedro dice: ‘Si eres tú, Señor, dime que cruce el agua hacia ti.’ Jesús contesta: ‘¡Ven!’ ¡Y Pedro sale y anda sobre el agua! Entonces le da miedo y empieza a hundirse, pero Jesús lo salva.
Más tarde, Jesús de nuevo alimenta a miles de personas. Esta vez lo hace con siete panes y unos cuantos pescaditos. Y otra vez hay suficiente para todos. ¡Qué bueno es ver como Jesús atiende a la gente! ¡Bajo su reino, no tendremos que preocuparnos por nada!

Jesús levanta a los muertos

Jesús devuelve a la vida a la hija de Jairo



LA NIÑA que ves aquí tiene 12 años. Jesús la tiene de la mano, y la madre y el padre de ella están cerca. ¿Sabes por qué están tan contentos? Vamos a ver.
El padre de la niña es un hombre importante llamado Jairo. Un día su hija enferma, y la ponen en una cama. Pero no mejora; se pone cada vez más enferma. Jairo y su esposa se preocupan mucho, porque parece que la niñita se va a morir. Ella es su única hija. Así que Jairo busca a Jesús. Él ha oído acerca de los milagros que Jesús hace.
Cuando Jairo halla a Jesús, hay una muchedumbre grande alrededor de él. Pero Jairo pasa por en medio de la muchedumbre y cae a los pies de Jesús. ‘Mi hija está muy enferma,’ dice. ‘Ven, por favor, y sánala,’ suplica. Jesús dice que vendrá.
Mientras caminan, la muchedumbre sigue empujando para acercarse. De repente Jesús se detiene. ‘¿Quién me tocó?’ pregunta. Jesús sintió que de él salió poder, y sabe que alguien lo ha tocado. Pero ¿quién? Es una mujer que ha estado enferma por 12 años. ¡Vino y tocó la ropa de Jesús, y sanó!
Esto hace que Jairo se sienta mejor, porque puede ver que es fácil para Jesús sanar a alguien. Pero entonces viene un mensajero. ‘No molestes más a Jesús,’ le dice a Jairo. ‘Tu hija ha muerto.’ Jesús oye esto y le dice a Jairo: ‘No te preocupes; ella estará bien.’
Cuando por fin llegan a la casa de Jairo, la gente está llorando con gran tristeza. Pero Jesús dice: ‘No lloren. La niña no ha muerto. Solo duerme.’ Pero ellos se ríen y burlan de Jesús, porque saben que ella está muerta.
Jesús entonces entra con el padre y la madre de la niña y tres de sus apóstoles en el cuarto donde la niña está. La toma de la mano y dice: ‘¡Levántate!’ Y ella vuelve a vivir, como lo ves aquí. ¡Se levanta y camina! Por eso el padre y la madre de ella están tan felices.
Esta no es la primera persona a quien Jesús levanta de entre los muertos. El primero es el hijo de una viuda que vive en la ciudad de Naín. Después, Jesús también resucita a Lázaro, el hermano de María y Marta. Cuando Jesús gobierne como el rey dado por Dios, resucitará a muchísimas personas. ¿No nos debe alegrar eso?

Jesús enseña en una montaña

Jesús enseñando a la gente en el Sermón del Monte



MIRA a Jesús sentado aquí. Está enseñando a toda esta gente en una montaña de Galilea. Los más cercanos a él son sus discípulos. Él ha escogido a 12 de ellos para que sean apóstoles. Los apóstoles son discípulos especiales de Jesús. ¿Sabes cómo se llaman?
Primero, Simón Pedro y su hermano Andrés. Entonces, Santiago y Juan, que son hermanos también. Otro apóstol se llama Santiago también, y otro se llama Simón también. Dos apóstoles se llaman Judas. Uno es Judas Iscariote, y el otro Judas también se llama Tadeo. También están Felipe y Natanael (llamado también Bartolomeo), y Mateo y Tomás.
Después de volver de Samaria, Jesús empieza a predicar por primera vez: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’ ¿Sabes qué es ese reino? Es un verdadero gobierno de Dios. Jesús es su rey. Él gobernará desde el cielo y traerá paz a la Tierra. Toda la Tierra será hecha un paraíso por el reino de Dios.
Jesús aquí está enseñando a la gente acerca del reino. ‘Así deben orar,’ explica él. ‘Padre nuestro que estás en los cielos, honrado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la Tierra, como se hace en el cielo.’ Muchas personas llaman a esta oración ‘La oración del Señor.’ Otras, el ‘Padrenuestro.’ ¿Puedes decir la oración completa?


Una multitud escuchando a Jesús en el Sermón del Monte
Jesús también está enseñando a la gente cómo deben ser unos con otros. ‘Haz a otros lo que quieres que te hagan a ti,’ dice. ¿No te gusta cuando otros te tratan con bondad? Por eso, debemos ser buenos con otros. ¡Qué bueno será en la Tierra paradisíaca cuando todos hagan esto! ¿verdad?

Con la mujer en el pozo

Jesús hablando con la samaritana en el pozo



JESÚS se ha detenido a descansar cerca de un pozo en Samaria. Sus discípulos se han ido al pueblo a comprar alimentos. La mujer con quien Jesús habla ha venido a sacar agua. Él le dice: ‘Dame de beber.’
Esto sorprende mucho a la mujer. ¿Sabes por qué? Jesús es judío, y ella es samaritana. Y a la mayoría de los judíos les desagradan los samaritanos. ¡Ni les hablan! Pero Jesús ama a gente de toda clase. Él le dice: ‘Si supieras quién te pide de beber, tú le pedirías, y él te daría agua que da vida.’
‘Señor,’ dice la mujer, ‘el pozo es hondo, y tú ni tienes un balde. ¿Dónde conseguirías esta agua que da vida?’
‘Si bebes agua de este pozo te dará sed otra vez,’ explica Jesús. ‘Pero el agua que yo daré puede hacer que uno viva para siempre.’
‘Señor,’ dice la mujer, ‘¡dame esta agua! Entonces no tendré sed nunca más. Y jamás tendré que venir aquí para conseguir agua.’
La mujer cree que Jesús está hablando de agua verdadera. Pero él está hablando sobre la verdad acerca de Dios y su reino, que es como agua que da vida. Puede dar vida eterna.
Jesús ahora le dice a la mujer: ‘Ve y llama a tu esposo y vuelve acá.’
‘Yo no tengo esposo,’ dice ella.
‘Contestaste bien,’ dice Jesús, ‘Pero has tenido cinco esposos, y el hombre con el cual estás viviendo ahora no es tu esposo.’
La mujer se sorprende, porque todo esto es verdad. ¿Cómo sabía estas cosas Jesús? Sí, es porque Jesús es el Prometido dado por Dios, enviado por él, y Dios le da esta información. Ahora los discípulos de Jesús regresan, y les sorprende que él esté hablando con una samaritana.
¿Qué aprendemos de todo esto? Que Jesús es bondadoso con gente de toda raza. Nosotros debemos ser así; no debemos pensar que alguien sea malo solo por su raza. Jesús quiere que toda la gente conozca la verdad que lleva a vida eterna. Y nosotros debemos querer ayudar a la gente a aprenderla.

Jesús limpia el templo



Jesús expulsa a los cambistas del templo y vuelca sus mesasJEÚS se ve muy enojado aquí, ¿verdad? ¿Sabes por qué? Porque estos hombres que están en el templo de Dios en Jerusalén son muy codiciosos. Están tratando de sacarle mucho dinero a la gente que viene aquí a adorar a Dios.
¿Ves todos esos novillos y ovejas y palomas? Bueno, estos hombres están vendiéndolos aquí mismo en el templo. ¿Sabes tú por qué? Es porque los israelitas necesitan animales y pájaros para sacrificarlos a Dios.
La ley de Dios decía que cuando un israelita hacía algo malo, debía hacer una ofrenda a Dios. Y en otros casos, también, los israelitas tenían que hacer ofrendas. Pero ¿dónde podían conseguir pájaros y animales para ofrecerlos?
Algunos eran dueños de pájaros y animales que podían ofrecer. Pero muchos israelitas no tenían animales ni pájaros. Y otros vivían tan lejos de Jerusalén que no podían traer un animal al templo. Por eso la gente venía aquí y compraba los animales o pájaros. Pero estos hombres cobraban demasiado dinero por ellos. Le robaban a la gente. Además, no deberían vender aquí mismo en el templo de Dios.
Esto es lo que enoja a Jesús. Así que él vuelca las mesas donde está el dinero y esparce las monedas. También, hace un azote de sogas y saca del templo los animales. Ordena a los que venden las palomas: ‘¡Sáquenlas de aquí! Dejen de hacer de la casa de mi Padre un lugar donde se venga a conseguir mucho dinero.’
Algunos seguidores de Jesús están con él aquí en el templo en Jerusalén. Se sorprenden cuando ven lo que Jesús hace. Entonces recuerdan que la Biblia dice del Hijo de Dios: ‘El amor de la casa de Dios arderá en él como fuego.’
Mientras Jesús está aquí en Jerusalén asistiendo a la Pascua, hace muchos milagros. Después, Jesús sale de Judea y empieza volver a Galilea. Pero pasa por el distrito de Samaria. Veamos qué pasa allí

Juan bautiza a Jesús

Jesús saliendo del río Jordán después de que Juan lo bautiza



MIRA la paloma que baja hacia la cabeza del hombre. El hombre es Jesús. Ahora tiene unos 30 años de edad. Y el que está con él es Juan. Ya aprendimos algo acerca de él. ¿Recuerdas cuando María visitó a su parienta Elisabet, y el bebé que estaba dentro de Elisabet saltó de gozo? Ese bebé no nacido era Juan. Pero ¿qué hacen Juan y Jesús ahora?
Juan acaba de hundir a Jesús en las aguas del río Jordán. Así es como se bautiza. Se hunde a alguien en el agua, y entonces se le saca. Juan le hace esto a la gente; por eso lo llaman Juan el Bautizante. Pero ¿por qué ha bautizado a Jesús?
Bueno, Juan lo hizo porque Jesús vino y le pidió que lo bautizara. Juan bautiza a personas que quieren mostrar que les pesan las cosas malas que han hecho. Pero ¿ha hecho Jesús algo que le deba pesar? No, Jesús nunca hizo eso, porque es el propio Hijo de Dios venido del cielo. Por eso, tiene otra razón para pedirle a Juan que lo bautice. Veamos cuál es.
Antes de que Jesús viniera a Juan, era carpintero. El carpintero hace cosas de madera, como mesas y sillas y bancos. José, el esposo de María, era carpintero, y él enseñó a Jesús a serlo también. Pero Dios no ha enviado a su Hijo a la Tierra para ser carpintero. Tiene un trabajo especial para él, y ha llegado el tiempo para éste. Por eso, para mostrar que ha venido ahora a hacer la voluntad de su Padre, Jesús le pide a Juan que lo bautice. ¿Agrada esto a Dios?


El espíritu santo en forma de paloma bajando del cielo
Sí, porque, después que Jesús sale del agua, una voz del cielo dice: ‘Este es mi Hijo, en quien me complazco.’ También, parece que los cielos se abren y esta paloma baja hacia Jesús. Pero no es una verdadera paloma. Solo parece una. En realidad es el espíritu santo de Dios.
Ahora Jesús tiene que pensar en muchas cosas, así que se va a un lugar solitario por 40 días. Allí Satanás viene a él. Tres veces Satanás trata de hacer que Jesús viole las leyes de Dios. Pero Jesús no hace eso.
Después de eso, Jesús regresa y conoce a unos hombres que llegan a ser sus primeros seguidores, o discípulos. Algunos son: Andrés, Pedro (también llamado Simón), Felipe y Natanael (también llamado Bartolomeo). Jesús y éstos salen hacia el distrito de Galilea. Allí se detienen en el pueblo de Natanael, Caná, donde, en unas bodas, Jesús hace su primer milagro. ¿Sabes qué es? Convierte agua en vino

Jesús joven en el templo

Jesús, de jovencito, con los maestros en el templo


MIRA al muchacho que habla con los hombres mayores. Ellos son maestros en el templo de Dios en Jerusalén. Y el muchacho es Jesús. Ha crecido bastante. Ahora tiene 12 años.
Los maestros están muy sorprendidos de que Jesús sepa tanto acerca de Dios y las cosas escritas en la Biblia. Pero, ¿por qué no están aquí José y María también? ¿Dónde están? Veamos.
Cada año José trae su familia a Jerusalén para guardar la celebración especial llamada la Pascua. Es largo el viaje de Nazaret a Jerusalén. Nadie tiene auto, y tampoco hay trenes. No existían entonces. La mayoría de la gente anda, y a ellos les toma como tres días llegar a Jerusalén.
Para ahora José tiene una familia grande. Así que tiene que atender a unos hermanos y hermanas más jóvenes de Jesús. Pues bien, este año José y María están volviendo con sus hijos a Nazaret. Creen que Jesús está con las otras personas que están viajando. Pero cuando se detienen al fin del día, no lo pueden encontrar. ¡Lo buscan entre parientes y amigos, pero no está! Así que vuelven a Jerusalén para buscarlo allí.
Al fin lo encuentran aquí. Está oyendo a los maestros y haciéndoles preguntas. Y toda la gente se sorprende de su sabiduría. Pero María dice: ‘Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy preocupados buscándote.’
‘¿Por qué tenían que buscarme?’ contesta Jesús. ‘¿No sabían que tenía que estar en la casa de mi Padre?’
Sí, a Jesús le gusta estar donde pueda aprender de Dios. Nosotros debemos ser así, ¿verdad? Allá en Nazaret, Jesús iba a las reuniones de adoración cada semana. Porque él siempre prestaba atención, aprendió muchas cosas de la Biblia. Sigamos el ejemplo de Jesús.